Es difícil sentir todo lo que Cioran nos quiere decir con este texto, -pero al menos-, representa gran parte de lo que es su obra: la dicotomía de la vida, lo feliz y lo triste, lo trascendente y lo que no...
Me seducen las distancias lejanas, el inmenso vacío que proyecto sobre el mundo. Crece en mí una sensación de vaciedad; se infiltra en mi cuerpo como un fluido ligero e impalpable. En su avance, como una dilación hasta el infinito, siento la presencia misteriosa de los sentimientos más contradictorios que ha acogido jamás el alma humana. Soy feliz e infeliz a la vez. Estoy exaltado y deprimido, desbordado por el placer y la desesperación en la más contradictoria de las armonías. Estoy tan alegre y tan triste que en mis lágrimas se reflejan el cielo y la tierra al mismo tiempo. Aunque sea solamente por la alegría de mi tristeza, querría que no hubiera más muerte en esta Tierra.
Emile Mijailovich Cioran
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viernes, 7 de octubre de 2011
martes, 20 de julio de 2010
Un consejillo del escritor Miguel Zévaco
Primero, desconfía de los hombres. No hay ninguno que valga tanto como la cuerda que podría ahorcarlo. Si ves a uno que se ahoga, échale tu sombrero y pasa de largo. En segundo lugar, desconfía de las mujeres. La más dulce oculta una furia. Sus finos cabellos son otras tantas serpientes que rodean los cuerpos de sus víctimas y las ahogan. En tercer lugar, desconfía de ti mismo. Sobre todo de ti mismo...
vía Hugo Hiriart
vía Hugo Hiriart
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